Hace unos meses, decidí abrir una cuenta de twitter para ver
que se cocía por allí. El primer día me hice seguidor de mucha gente.
Rápidamente me percaté de que no había tiempo en la vida para todo lo tuiteable
así que hice una pequeña selección.
Me parecía oportuno seguir a alguno de los opinadores del
proceso independentista en Catalunya para entender porque el pactismo había llegado a su
fin. Seguí a Durán , a Tremosa y a FMarc Alvaro. Durán sólo apuntaba obviedades y justificaciones
personales así que dejé de seguirle. Tremosa parece decir siempre "veus,
veus, com ja ho dèia jo!" pero suele completar su posición con buenos
enlaces. Alvaro es un buen articulista
Quería estar informado sobre cuestiones internacionales, Oriente
Medio y los conflictos permanentes de la región. Seguí a varios analistas, del NYT, del WP o del Cairo Institut pero francamente mi nivel de inglés no me permitía
comprender los textos en todos sus matices. Me quedé con Rahmi G Kouri y con
Javier Solana. Solana aporta excelentes enlaces con información clara y
gráfica.
Para temas económicos seguí a Gay de Liébana, a Niño
Becerra, a Sala Martín, a Bill Gates, a Krugman y a alguno más. Acabé por dejar
de seguir a Niño Becerra (no hace falta que me recuerden que cuando las cosas
se ponen mal, siempre existe la posibilidad de que todavía vayan a peor) y Gay de Liébana porque el futbol no es el
centro de mis preocupaciones contables.
Al fin caí en Gurusblog, un foro de gente relacionada con el análisis
financiero que explican la vida económica con una cierta claridad.
Pareció buena idea tener en medio a Santiago Segura, hace
falta sonreír o hasta reír a carcajadas de vez en cuando.
También pensé en mantener el seguimiento a algunos elementos
que pudieran ser referentes morales e intelectuales. Me quedé entonces con el
Papa Benedicto, Moisés Naim, Barak Obama
y finalmente Lluís Foix.
A este último lo he "adoptado" como maestro. Sigo
su Blog y aprovecho sus reflexiones para prologar las mías.
En una de ellas, recomendaba la lectura de "La
República de la Letras" de Marc Fumaroli.
Si no fuera por los treintaitrés Euros que cuesta el libro me habría
rendido en la página cuarenta. Mi
realidad de Ingeniero amortizado en mercader, muy alejado siempre de los
ensayos profundos y muy especialmente de la cultura clásica me ha hecho su
aprehensión francamente fatigosa y debo reconocer que gran cantidad de sutilezas no habré podido apreciar. El bebedor de cerveza difícilmente puede distinguir
un excelente Priorato de otro "Millessimé".
Espero estar en la comprensión correcta de la tesis de
Fumaroli que viene a decir que los
primeros literatos renacentistas crearon una "red
social" con el leiv motive de la recuperación de la cultura clásica (la República de las Letras) transnacional, trans-idiomática,
paralela a los poderes de entonces -los Príncipes y la Iglesia- y fueron capaces de
transformar las sociedades post medievales , contribuyendo a la evolución de todas las
artes pero sobre todo a la concepción de
Europa como tal y a la gestación del espíritu democrático que no fraguaría
hasta varios siglos después.
Maravilloso, no es cierto?
Y viendo la actualidad, imagino que si la República de las Letras fuese cosa de hoy y
Fumaroli realizara el mismo análisis, no faltaría quien se empeñara en
demostrar que Petrarca sólo buscaba obtener los favores de Laura, que Erasmo
era un tapado de los comerciantes de Rotterdam y así hasta garantizar la presunción de indecencia de todos ellos. De la misma forma que muchos se empeñan
en apuntar que la convivencia de las tres culturas en la Toledo de la Escuela
de Traductores no era si no un equilibrio falso e inestable por principio.
En estos días resulta especialmente doloroso comprobar como hasta
a uno mismo se le pasa por la cabeza pensar que si Sandro Rosell a dimitido es porque
algo feo tiene que ocultar, en lugar de pensar que no estaba dispuesto a
traicionar la palabra dada de confidencialidad.
Que el Alcalde de Lleida, Sr. Ros dejó su escaño por amarrar su sillón
en la Paería en lugar de pensar que ha procurado ser fiel a sus principios y
leal a sus compañeros. Y así con todas las personas públicas e incluso en las relaciones profesionales y privadas.
Los principios de la prudencia quizá aconsejen no ver el
mundo como la Arkadia -Ya decían mis padres, "no pots anar amb el lliri a la mà"- pero puede que la visión inversa, sentido común hoy, nos limita a los humanos en nuestro enorme potencial para mejorar el mundo y a nosotros mismos.